martes, 16 de octubre de 2012

Venganza: conexión Estambul

No consigue estar a la altura deseada ni esperada esta hermana menor de una "Venganza" protagonizada por un Liam Neeson que, para ser honestos, parece haberse rejuvenecido y tonificado desde que protagonizó la susodicha; aparte del buen porte del actor norirlandés y de su impactante presencia física no hay mucho más que nombrar, aparte de un abusivo movimiento rápido de la cámara en las supuestas escenas de acción que, digamos la verdad, dejan mucho que desear; tal fascinación por la celeridad de las imágines es una forma de despiste ante la vacuidad de la historia presentada. Se echa de menos más contacto corporal, más golpes y puños directos, más cuerpo a cuerpo y no el desmesurado uso de los tiros, de las persecuciones en coches y de la presentación de un personaje que no es nada creíble; un James Bond cutre y pobretón que lleva a cuestas un relato poco cuidado, de gran nimiedad y tontería que necesita de adornos colaterales para mantener -no lo hace- la atención, por momentos perdida. Ante una presentación menos tétrica y sombría y en un intento de mostrar un contexto más suave y dócil, se olvida de cuidar el recorrido, el por qué de su presencia; la investigación y sucesivos pasos seguidos en la original le dan un "caos mortal" a esta sosa persecución, a este insustancial secuestro, a este insulso rescate, a esta desaborida venganza que se queda a la espera -el final lo deja bien claro- de su próxima hija sucesora. Con la ilusión de un mayor contenido, de mayor calidad en la acción (el guión ya nos lo sabemos, la venganza de los parientes muertos en esta) no tendremos que tragar la desilusión de una película que, siendo tan fácil de realizar y montar, ha sido todo un fiasco, una contrariedad pronto a olvidar; vale, seamos justos, puede llegar a gustarte este relato de segunda clase si tienes el día tonto y no exiges mucho! Pero... dime que no eres de esos! 

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