viernes, 12 de octubre de 2012

El fraude

Un tema muy recurrente para los tiempos que corren es lo que nos ofrece esta película que, aunque ofrece un buen entretenimiento y ameniza bien la velada, satisface muy levemente las perspectivas creadas; es mucho lo que se espera de los ingredientes y poco lo presentado en el plato final. Grandes nombres conforman esta historia de un rico dignatario con éxito profesional y familiar que esconde turbios y oscuros negocios y unas nada-digna ni ejemplares relaciones sociales. Una mal-utilizada y desaprovechada Susan Sárandon al lado de una espléndido Richard Gere que se luce como en sus buenos tiempos, manejando su personaje, la cámara y el peso del relato sobre él de forma magistral, encontrándose totalmente cómodo en el lucimiento de sus capacidades físicas e interpretativas; rematado con un Tim Roth que no necesita enseñanzas para representar el papel asignado -lo ha repetido demasiadas veces (debe soñar con ser detective de homicidios!)-. Dada la escasez de profundida del guión, la miseria de la estafa mostrada (sólo viendo el telediario, hoy en día, tienes mil y una ideas para indagar y penetrar más en la farsa y engaño creados) da la sensación de ser más un producto para la televisión, un capítulo de cualquier serie de abogados, de leyes y acción, de investigación... que para la pantalla grande de las salas de cine. Sin duda alguna, es la presencia del elegante y estiloso protagonista de la eterna y legendaria "Oficial y caballero" -para quien guste se puede sustituir por "Pretty Woman"- el único y exclusivo fundamento para que sea visionada en primera división. Con todo, es lo suficientemente comercial para gustar y complacer; un artículo mercantil que deja buen sabor de boca.  

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