sábado, 3 de noviembre de 2012

Vacaciones en el infierno

Directo al infierno es donde se dirige la carrera cinematográfica de Mel Gibson!; y es que, desde que topara con los judíos y sus aspiraciones celestiales de sentarse al lado del Señor, el pobre no sabe por dónde anda! Y eso que reconozco y admiro su intento de volver a resucitar el espíritu de Martín Riggs -Arma Letal- en el pueblillo de una cárcel mejicana -es lo mejor de la misma-, su atrevida interpretación -gag- de Clint Eastwood y su desesperada búsqueda de "algo digno qué hacer"; pero es que se da de cruces contra la pared! Jesús en la noria no está tan perdido como el susodicho actor!  Dejando ya de lado el vapuleo merecido a quien ha desdeñado toda un pasado filmográfico más que decente -ha sido un agradable y excelente entretenimiento en sus mejores tiempos-, la película es un bullicio populista de "toda y nada"; un popurrí que no sabe que estela seguir, que ritmo tocar de modo que..., por qué no un poco de todo? Intenta ser cómica perdiendo la gracia conforme avanza, presenta una acción que no vuelve a repetirse más que para ir a peor y quedar en ridícula, posos de un romance de niño de colegio que no cuela, un drama manido y vulgar que juega con la salud de un niño "post-it" que está a la altura de un viejo y desfasado actor que en su día fue el rey de la comedia de acción -de la buena comedia-. Penosamente aconsejo quedarse con el trailer y conservar la ilusión de que al sexagenario actor neoyorkino se le aparezca su venerado Jesús y le indique cómo volver a la senda perdida; o al menos, que abandone su empeño en creer que puede escribir un guión, producir una buena película o dirigirse dignamente. Vale, algo bueno -hasta el Señor tuvo un mal día!..., pero no años!- es entretenida y pasa rápido! 

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