sábado, 15 de diciembre de 2012

Sin tregua

Película que nos muestra el día a día de dos agentes de policía que patrullan las calles de Los Ángeles. Dos lados bien marcados, el del bien y el del mal, una rutina apasionante, dura, peligrosa y de gran velocidad que es claro patriotismo del sentir más americano. Con un comienzo explosivo y muy interesante, fundamentalmente por el uso de la cámara y la diferencia de enfoque, pronto esos fulminantes 30 minutos dejan paso a una camaradería rutinaria, usos y hábitos de dos colegas orgullosos del traje que lucen que se va adentrando en la vida personal, la cual no interesa tanto -amén de la perezosa atención que se le presta-. Tiene grandes virtudes este enfoque -repetitivo, todo hay que decirlo- del mundo policial, grandes dosis de adrenalina, secuencias que muestran un clímax imponente, gran energía y brio entre la pareja formada por Jake Gyllenhaal y Michael Peña -funcionan a la perfección- pero, aunque hacia el final vuelve a recuperar su vigor perdido (excepto el fervoroso patriotismo final, clasicismo que empaña todo el trabajo anterior), el conjunto no deja de ser una visión muchas veces vista de un relato muchas veces expuesto y contado. No poder mantener el nivel de su ferviente comienzo, entusiasmarse con el tradicional punto de vista familiar, personal, de compañerismo hasta la muerte, sobrantes fotogramas centrales que no están a la altura del comienzo o de su desenlace..., hacen que no deje de ser una historia más sobre la exaltación de la justicia americana, de la verdadera amistad entre hombres verdaderos, del poderío de saberse con la verdad y aniquilar a la rata de enfrente bla bla bla, todo un discurso que enturbia la excelente película de acción que podría haber sido. Una sensacional pareja de actores, impresionante combinación de trabajo compartido que no llega al sitio requerido. Fallida por choque intencionado.

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