lunes, 8 de julio de 2013

A common man

Es demasiado lo que quiere expresar, meta desmesurada a alcanzar para lo poco que cumple, logro imposible de obtener dado lo mínimo ofrecido. Un hombre de a pie, un mortal más sin aparente motivación, coloca 5 bombas en diferentes lugares de Sri Lanka; a partir de ahí, uno espera conocer al personaje, su por qué, sus demandas y el trasfondo que hay detrás de toda su aparente normalidad presencial. Si por un lado tenemos las actuaciones de todos los componentes -excepto el propio Ben Kingsley que es el único que salva la papeleta- que rodean al protagonista haciendo unas interpretaciones bastante limitadas y penosas, seamos sinceros; si por otro tenemos un guión sin fuerza ni arranque que no sabe motivarte, unos diálogos sosos y nada revulsivos que no te ayudarán; si como mucho, lo más que obtendrás es una exigua reflexión ética final, un escaso debate moral de corte diminuto que no compensa la pérdida de oportunidad claramente mostrada en este film..., no será consuelo suficiente. Se desperdicia una clara ocasión para abrir debate, para implicar al espectador y conducirlo por la fina línea, la delgada y estrecha  vía de lo que está bien y mal, de lo correcto y lo incorrecto, de descubrir aquello con lo que podemos vivir y la excusa que damos para ello. Un argumento con expectativas caído en manos de un director con pocas miras que no ha sabido sacarle buen rendimiento ni conducirlo por la calle del éxito; insatisfacción clara de cara al público. 

No hay comentarios: