miércoles, 9 de octubre de 2013

Gravity

Una magnífica, impresionante fotografía -los adjetivos se quedan cortos- para mostrar los sentimientos más diversos y encontrados que "lo sublime" pueda definir; Kant estaría encantado con la exposición óptica y visual de dicho término tan recurrido por él mismo. La hermosura, belleza de la inmensidad, la indiscutible atracción del vacío absoluto, rozar con los dedos la temible y deseada "nada", la calma y el silencio absolutos, perderse en la universalidad y abandonar nuestra finitud terrenal..., todo ello combinado con el peor de los terrores, pánico incontrolable, miedo espeluznante, horror y brutalidad física de la propia naturaleza; ambos lados, opuestos y unidos forzosamente -se siente con mayor intensidad el pavor y sobresalto del miedo que la excelencia y encanto de la soledad- que provocan una mezcla impactante y soberbia sobre un relato novedoso, de gran vigor, fuerza pero también de profunda ternura y delicadeza, de fuerte encontronazo emocional y con una espectacular Sandra Bullock No deja de ser una historia de supervivencia, de lucha y superación de las adversidades; su principal valedor y que causa tanta conmoción es el contexto, el entorno donde se desenvuelve -el espacio y toda su grandeza- y todo el plus técnico necesario para su exposición. La magnitud, esplendor de lo exhibido, la colisión de los acontecimientos, la adrenalina que nace de la mayor quietud inimaginable, tensión constante e inagotable..., sin duda alguna, gustará, deleitará al público asistente, pero la profundidad de ese sentimientos dependerá de tu conectividad, afinidad para captar, sentir, apreciar lo sublime -espeluznante placer incontrolable, deseoso miedo no-comprendido, pánico fascinante imposible de eludir...

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