jueves, 26 de diciembre de 2013

Ismael

Ay Marcelo Piñeyro, que cerca has estado, que poco te ha faltado para redondear este buen trabajo!!! Qué hacer con el inevitable resquemor, el no satisfecho ni completo saboreo de lo degustado!!! Al poco de su comienzo -y por desgracia se confirma-, ya puedes intuir que no será tan penetrante, que no tendrá tanta fuerza como esperas; a pesar de su buena venta publicitaria, de los actores que intervienen, de tratarse de cine humano, de relaciones personales, sensible y dramático..., fácilmente se deduce que la trama y el guión no tienen el nivel deseado, que sustentan una flojera, debilidad, tanto en los quebradizos diálogos como en las rompibles situaciones escénicas y que acaba afectando a todo el conjunto. Dado el esfuerzo de abrir diferentes frentes -todos ellos con esperanza de intenso y hondo calado- es desalentador que no logre desarrollar ninguno en concreto ni darle la importancia requerida -con el hijo es superficial y liviano, con la madre deja intuir mínimos pedazos que no dicen nada, con la joven apenas un firme momento de intensidad-. Navega con demasiada comodidad por supuestas aguas turbulentas nunca encontradas; unas turbulencias que se declaran por anticipado, que se desean observar pero que ni arrancan ni sientes en ningún momento. Dada su duración y los elementos daba para un menú de primera índole y calidad pues, los personajes te gustan, los quieres fácilmente, acudes con ánimo positivo a su visionado y durante su proyección la devoras con firme creencia y confianza aunque..., un gustillo a drama débil y endeble, a diálogos de escaso recorrido y trabajo es claramente confirmado. Vas a darle tu aprobación, es bonita y agradable, un grato drama con buena presentación, una fotografía natural y serena y con sensibles y esmeradas actuaciones pero..., no puedo conformarme con un mero aprobado cuando entraba a la sala esperando una presentación de siete hacia arriba!!! Ay Ismael, que pequeño te has quedado con lo grande que parecías!!! 

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