lunes, 2 de diciembre de 2013

Killer Joe

No deja de ser, negativamente curioso y de gran frustración para los amantes del buen cine, ver la cartelera repleta de películas, a cual peor o repetida de otras versiones mejores, y que no puedas visionar, disfrutar de una apasionante y delirante historia, que cuenta con un potencial y enérgico guión, con unos personajes estrafalarios -a cual peor- y cuidados en su variopinta personalidad hasta el límite máximo y con un desenlace explosivo y fulminante a lo Quentin Tarantino que evoca sus pretensiones de impacto y colisión para con el espectador. No te dejará indiferente, no podrás mantenerte al margen y te verás, inevitablemente, arrastrada por los acontecimientos en una desesperante búsqueda de algo de razón y lógica que envuelva tanta locura y estupidez. Con probabilidad -y también sin ella- la mejor interpretación de un soberbio -por fin- Matthew McConaughey en un relato miserable y ruin -al igual que sus protagonistas-, comedia dramática negra de gran ofuscación y obsesión que no necesita de mucha más atención ni explicación -ni envoltura- que la violencia emocional y física detonante, que la inexplicable mezquindad de una diversión extraña y un gusto sublime por seguir observando hacia donde sea que quieran llevarte. Es tal la fuerza de los personajes que únicamente cabe centrarse en ellos y dejarse llevar por el gran asombro y conmoción que desprenden. Una presentación y exhibición de buen nivel. 

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