miércoles, 5 de marzo de 2014

Qué nos queda?

Edificio construido sobre la  apariencia, sobre la verdad no manifiesta, sobre la mentira piadosa, sobre la humillante lástima de quién observa desde arriba y decide sin preguntar; el inevitable derrumbe de unos cimientos mal levantados, escasos y leves de material consistente, superficialidad no resistente al paso del tiempo y al aguante de las emociones, paciencia desbordada por la no gratificación de los frutos esperados. En las formas, es introvertida, serena y callada; una manifiesta tranquilidad que esconde una explosiva eclosión, nacimiento abrupto de una nueva estructura familiar; su transcurrir es lento y sosegado, infelicidad acomodada no descubierta, calma que precede a la temible tormenta. Fría y seca en imagen externa, drama compacto de gran sutileza y psicología que esconde intensas y explosivas emociones -como buen alemán-, arrastradas frustraciones que salen a la luz en un soleado y primaveral fin de semana; un despertar, amanecer no apto para todos los públicos pues su gusto es de efecto lento y descafeinado, un paulatino y leve caminar por la vida de esta, en principio, avenida familia. Qué nos queda tras la mentira y las formas correctas, levantamiento forzado de las perfectas formas diseñadas? Sobrevivir.





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