sábado, 26 de julio de 2014

The particle (Zerre)

Narración de una historia de supervivencia fría, seca, distante y cortante que no fuciona en ningún momento, triste ausencia de una calidez y emotividad necesarias que te permitan vivir el personaje, sentir su amargura, pesadez y desesperación y no, simplemente, observar su aturdido andar, su incansable voluntad y capacidad de esfuerzo, su nada-productiva constancia desde una lejanía que impiden despertar cualquier afinidad o sentimiento que se requiera para apreciar en condiciones sobrias y serenas este filme que cuenta la vida difícil y exigua de una familia turca que vive en Estambul.
La falta de habilidad del director en toda su exposición anula completamente tu percepción afectiva, tu sentida visión, se limita a mostrar una estética derruida y empobrecida, de hambre y miseria, abusos y dolor que se exhiben ante ti sin gracia ni talento, en formato de película indiferente y aburrida que cuenta con un argumento que parece no querer ir a ninguna parte, un guión que no ofrece interés y unos diálogos que apenas aportan una explicación o demandada información útil que amenice o avive tu apagado e inerte estado de ánimo, que evita esa más que probable somnolencia y frustración por no lograr involucrar ni un segundo tu corazón, alma o cabeza en la historia.
Interpretaciones muy vivas y veraces que se pierden ante tanta ofuscación direccional, ante esa falta de habilidad para despertar en el espectador la tristeza, comprensión, pena, semejanza, afinidad..., y no un pasotismo afectivo y generalizado que hace flaco favor a nadie y que dudo contente a alguien.
Y, para cuando se pone interesante el susodicho director, Erdem Tepegoz, o se queda sin ideas o se le acaba el presupuesto o lo que sea pero te pega un corte de narices, repentino y sorprendente, que te deja mirando la oscuridad de la pantalla con incredulidad y estupidez creyendo, absurdamente, que es un fallo de proyección del cine y no el remate final de un relato galardonado por los premios, alabado por la crítica, reforzado por una sinopsis atractiva pero de efecto negativo, devastador y cansino para el públcio.
¡Qué falta de sensibilidad más tonta!, ¡qué miseria voraz más desperdiciada!, ¡qué nulidad de conjunto!, ¡qué desapego más cargante!
Sin evolución alguna ni a mejor ni a peor, simplemente un inamovible estado neutro y soso que pesa como esa losa de mármol de una tumba de la que no puedes escapar; no quiero hablar de engaño y fraude pero tus sensaciones no estarán muy lejos de estos poco-deseables adjetivos.



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