viernes, 22 de agosto de 2014

En el frío de la noche

Un motel de carretera, una desesperada madre soltera, un poli corrupto, un matón medio ciego y mucho, mucho dinero que todos quieren y persiguen, agitamos la coctelera y no es difícil adivinar el desenlace ni los pasos que llevarán a tal resolución.
Película de memoria, de clase de primero para directores impacientes que quieran practicar -lo cual, no es el caso para más desgracia de Tze Chun-, para un público de exigencia leve y concentración ligera que busca un visionado patrón que no exige mucha atención ni un gran esfuerzo con buenas interpretaciones y un argumento de lectura de noche en el cajón de la mesita.
Un arreglo floral, bonito y sencillo que cuenta con todos los ingredientes necesarios para conformar una buena decoración, un eficiente y cumplidor espectáculo que a falta de adrenalina, tensión e incertidumbre que atrape tu interés y cautive tu respiración ofrece un esparcimiento standard, modesto y breve, sin sobresaltos inesperados pero tampoco aburrimiento garantizado.
Se ve con facilidad, se olvida con rapidez, entretiene sin mucho ruido aunque ofrece pocas nueces consistentes, un formato simple que no destaca por nada en especial ni anida por nada en concreto pero que tampoco cansa ni pesa, uno se sienta, la consume sin mayor preocupación y a otra cosa mariposa.
Verlas venir y que se vayan confirmando tus intuiciones puede ser un juego divertido y de grato placer pues uno acaba siendo mejor guionista que el propio responsable del guión.
¡Ay, donde quedó el misterio de no saber, la intriga de descubrir, el anhelo de saber! En otra ocasión será. 



No hay comentarios: