viernes, 1 de agosto de 2014

Intersections (colisión)

Impactante, penetrante, intensa, confusa..., interesante thriller de acción y misterio que cuenta con los elementos justos, adecuados y oportunos para mantener tu atención fija en la pantalla y tu interés concentrado en el avance y resolución de los acontecimientos.
Nada más empezar, la hermosura espléndida/deslumbrante/sublime de su paisaje desértico, de una exquisita fotografía de luz sobrecogedora, de un amarillo seductor e impresionante, de una vasta inmensidad atractiva y poderosa cautivan tus ojos y enamoran tu alma.
A partir de ahí, la sencillez de un guión que va directo a la provocación, que no pierde el tiempo en ñoñerías, que inmediatamente expone el juego de dobles identidades que manejará -incluso abusará de él- durante todo su recorrido, ese encantador enredo de no saber qué pasa, esa fascinante frustración de estar perdido en una jauría de desconocidos atrapados y en manos de un argumento de potencia medio-alta que desde su humilde historia, desde sus protagonistas anónimos y desde la dureza/abrasión de un escenario rotundo y magnífico -principal e indiscutible protagonista- crea un entorno perturbado, caótico con buenas dosis de acción y aventura que mantiene la tensión de su incógnita a buen recaudo, un nivel suficiente nada-soberbio para complacer y satisfacer gratamente.
Atrae su acelerado principio, la intuición de unir el caos, la torpeza y la supervivencia en una explosión de egos, verdades ocultas y mentiras descubiertas que esconden lo que es y exhiben lo que no parece, un mareante y tenue enredo envuelto en la energética y devastadora nada del desierto más bello y profundo que avanza medianamente, sin gran ruido ni expectativas altivas pero con interesante percepción y una amena sucesión de pasos.
No aspira a una gran revolución argumental ni a un opulento guión pero su tensión y fuerza tienen la necesaria consistencia para alejarte del aburrimiento y concetrar tus sentidos con devoción y entrega absoluta en un relato que no destaca pero tampoco se olvida, que no impresiona pero tampoco suelta tus emociones, que no es una gran historia pero tampoco una pérdida de tiempo, un inesperado y rico souvenir que cumple espléndidamente con los requisitos mínimos de acción, aceleración, enigma, traición..., un camino accidentado y lleno de giros revulsivos -en ocasiones, excesivos virajes que rozan el límite de lo saturado- que intentan dar respuesta a la sospecha de quién es quien no dice, de qué esconde quien no habla y cómo acabará quien ha sido descubierto, un saber y descubrir hasta dónde llegarán los personajes y por qué ruta optarán, un modesto pero cumplidor tsunami que altera, devasta y cambia todo el paisaje.
Recomendable porque sacia sin empalagar, porque ameniza sin gran escándalo, porque presenta una simple e inofensiva cata de vinos que no emborracha pero deja ese sabor perenne, ese gustillo toque delicioso de quien está inesperadamente contento, sorprendentemente satisfecho por el descubrimiento de una pequeña joya, apasionante diamante que sugestiona tus emociones y endulza la amarga y violenta visión de la supervivencia extrema.
Maneja con arte, discreción e inteligencia los elementos con los que cuenta, su don más preciado y agradecido.




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