lunes, 22 de septiembre de 2014

Los ojos amarillos de los cocodrilos

"¿Ves la osa menor? Es pequeña pero si la quitas, la osa mayor se desequilibra"
El Caín y Abel femenino de dos hermanas antagónicas, la guapa de pocas luces, florero que deslumbra de simpatía fingida que esconde un egoísmo petulante ávido de fama, reconocimiento y adoración pública, que devora y arrasa a quien haga falta sin pena, miramiento o escrúpulos de una conciencia vacía de moralidad ausente y la ingenua de buen corazón, apagada imagen que sufre por dentro, que se deja avasallar sin protección propia y sin natural empuje de defensa, sabia inteligencia sin motivación o ansia de destacar que sólo desea hacer felices a los que la rodean y que padece con equívoco heroísmo sus agresiones y ofensas, toda una delicada y frágil -con exagerada torpeza- Cenicienta en silencio todavía no descubierta que apenas se atreve a levantar la voz o dar un paso sin permiso concedido.
Dos personajes de cuento con secundarios de decorado extra para adultos predispuestos a la creencia tierna y dócil en donde no es difícil adivinar cómo discurrirá su avance ni cuál será su benevolente desenlace con su príncipe, su malvada, su madrina, su bruja, su cruel situación, su favorable perspectiva..., diversas caricaturas de personajes envueltos en relaciones que abren muchos puentes y caminos de andadura interesante por los que pasa suavemente sin profundizar en sus raíces para presentar una fábula amena, dulce y bonita de fácil y ligero recorrido hecha con patrón copiado obtenido del libro del mismo título y que crea un ambiente supérfluo y digestivo de poca intensidad pero cómoda visión por la requerida escasa atención que solicita.
Puede gustar por su sencillez a la hora de presentar su guión pues carece de arduas complicaciones que te permitan mínimamente pensar o razonar sobre ella un poco más del instante presente, de la entereza y sobriedad para plantear las variadas cuestiones ofrecidas con afán y dignidad pues se conforma con una puesta en escena de ritmo fresco y ágil, poco penetrante, de breve y escaso interés que desengrasa tu pereza y ese ocasional tiempo muerto y entretiene sin esfuerzo y que cuenta con energía y brío escénico que vive de mucha estética pero tibio contenido.
Honradez por no prometer lo que no expone, desleal por no demandar más de si misma, cobra un peaje barato al no lograr robar tu corazón sólo acariciar sutilmente tu piel externa para dejar una sensación agradable acorde al estilo fantasioso que argumenta, posibilidades sabrosas de exigencia nuetra que viven más de la sobreactuación de su imagen de que un fondo digno cuidado con esmero.
También puede que tu discurrir vaya por la tontería, banalidad e incluso sosez de un relato sin consistencia ni hambre de satisfacer estómagos de media o alta gama, calidad perceptiva de sugestión no ficticia que marcará tus pasos ante este relato de moralidad adivinada donde triunfan los puros de alma y vírgenes de corazón y los indignos voraces de sed ególatra y envidia manifiesta son perdedores solitarios abandonados en triste soledad y desolada ruina.
En términos generales es de premio modesto y satisfacción confortable, frentes variopintos de inclusión leve y obvia letanía conclusiva desde el inicio del cronómetro que invitan a la relajación, quitarse el estrés y acabar el día con benevolencia pues, el objetivo de toda historia de ensoñación es imaginar, fantasear, endulzar con mensaje de buena voluntad oculto.
"Llevamos tiempo cruzándonos pero nunca nos hemos encontrado"
Depende de tu predispuesto ánimo y espíritu embriagador hallar o perder a esta caótica princesa de futuro cierto rodeada de príncipes y ogros que amenizan y ambientan con moderada pretensión.
¿No te leían un cuento antes de ir a la cama para que soñarás con la magia, la felicidad y el amor verdadero?
Aquí tienes uno para esta noche



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