miércoles, 17 de diciembre de 2014

La gran noticia

"¿Suiza donó sólamente un reloj? ¡Nooo!..., ¡también financiamos agua tibia!
Una misión: elaborar un informe sobre la influencia de suiza en tierra portuguesa con un periodista radiofónico que tiene lapsus de memoria, una compañera de profesión feminista con aires de ambición para ascender en su carrera, un veterano técnico muy curtido y un joven traductor que nunca ha salido de las faldas de su mamá, una furgoneta exhibida actualmente como memoria grata de dicha aventura y kilómetros por delante para descubrir la excursión atolondrada que vivieron dichos protagonistas en 1974 al encontrarse en medio, por casualidad, de la revolución de los claveles.
Historia narrada con música jocosa, ambiente risueño y ligero toque de comicidad, ocurrencia e ironía, una tibieza graciosa, chistosa y aguda que se percibe con gran profundidad y funciona en ocasiones pero, que en otras, se pierde a pesar de su buena voluntad y disposición de agrado, personajes muy bien 
avenidos, que se hacen querer con facilidad y a los que resulta ameno, placentero y cordial seguir en su loca e imprevista desventura, ya hecho anecdótico a recordar con añoranza, más una fotografía cálida y añeja de un recordado tiempo pasado matizada por una puesta en escena sencilla pero absorbente, con diálogo frenético sin tiempo ni pausa para su digerido bienestar holgado que dispone el clima adecuado para viajar y transportarse a dicho glorioso periodo.
Un retrato bien logrado del libro de la selva caótico en que se convirtió dicha experiencia, un trabajo encomendado a piedra-papel-tijera en su inicio para distraer al personal no dispuesto a pensar demasiado, que se convierte en suceso curioso a recordar en el tiempo pues "la memoria, camarada, es como el cielo en una noche de verano, las miles de estrellas son como recuerdos que iluminan la noche que tenemos por delante, cada una de ellas cuenta una historia así como cada fotografía esconde una leyenda".
Conocer sus historias, como devinieron, como se tropezaron y fundieron, desmenuzar esa fotografía perenne que esconde una suculenta vivencia y provoca una sonrisa tenue de efecto moderado, intercalada risa breve de sabor apetecible en un conjunto de antaño aire gustoso que se recibe con benevolencia en una línea que transcurre desde la banalidad accidental de intensidad leve que busca entretenimiento superfluo hasta la narración de hechos importantes que marcaron el destino de Portugal y adyacentes con el indiscutible lema "¡el pueblo unido jamás será vencido!"
Buena sintonía y una destilada sociabilidad interpretativa entre los protagonistas para un elenco que distrae suavemente, al que no se le pide mucho más que escenas bonitas de encuentros simpáticos y alegres y una afectuosidad perceptiva con buen rollo de plantel precipitado, movimientos alocados y diversión neutra.
La gran noticia no urge tanta atención ni importancia, se conforma con misiva leve de agradable recorrido que sin mucho esfuerzo crea un climax apatecible de recuerdo perecedero válido para alegrar el momento y sintonizar con astucia y habilidad con lo narrado y, ¡a otra cosa que vamos con prisa y el tiempo es oro!
Gusta con levedad, se consume con ligereza, de ingravidez sugerente, espíritu moderado y razón breve, sin mayores contratiempos que felicidad condensada de escaso sacrificio y fértil beneficio..., ¡que hubieran bordado nuestra Concha Velasco, Jose Luis López Vázquez, Alfredo Landa y Tony Leblanc o bien Antonio Ozores, Andrés Pájares, Fernando Esteso etc. etc. etc., más nuestra gracia española!, ¿te imaginas!



No hay comentarios: