domingo, 25 de enero de 2015

Somos lo que somos

"Lo hago por amor, hágase la voluntad de Dios..., Alyce Parker", progenitora de una estirpe de costumbres y tradiciones a heredar de generación en generación.
Tal vez sea yo pero..., menos el final, ¡no es bastante predecible, nada impactante, apenas estimulante! 
El día de la matanza del cordero que se llevará los pecados y saneará el alma, momento de pureza y renovación de las creencias, día de la bestia de libertad total para el perpetuado canibalismo, nada sorprendente, exhibido con lentitud que adormece, performance sugerente y motivadas interpretaciones no complementadas por el atractivo negado de un guión que, menos su apreciado turbador desenlace, apenas despierta curiosidad, mucho menos miedo, terror o sentimientos parecidos. 
Tal vez sea yo pero..., "El silencio de los corderos" no está catalogada de terror y Anthony Hopkins me acojonó mucho más que este afligido esposo/padre devoto que intenta mantener la tradición en la unidad de la familia, la voluntad de un Señor que marca sus pasos y señala el camino pues "estábamos perdidos como corderos pero hemos encontrado la luz que nos guíe a casa".
Tal vez sea yo pero..., la ínfima investigación apenas da para nada, los sonmolientos diálogos no provocan expectativa de excitación, horror o pavor, las hijas tienen su seducción pero ésta no explosiona hasta su bienaventurada conclusión más un hermano que quiere cereales con la leche o comerse el dedo de la vecina, una casi irreconocible Kelly McGillis, tentación irresistible de un joven Tom Cruise en la ya mítica "Top Gun".
Tal vez sea yo pero..., la concurrida religión y ese Dios supremo como excusa de cumplimiento obligado ante la ley escrita de hermenéutica interpretación a gusto personal, no importa la repugnancia sentida, tampoco viene a ser un gran original y el supuesto remake de Jim Mickle sobre la mexicana de Jorge Michel Grau, tampoco vista, no despierta gran aliento, ni estruendo, ni sobresalto ni vigor de motivación para continuar su marcha a pesar de que es en la última cena donde se servirá el verdadero manjar.
Tal vez sea yo pero..., si quieres verdadero terror, un montón de cintas la superan; si quieres comida humana servida en mantel de lujo y plato de cinco tenedores, restaurantes de más categoría los hay a pares; si quieres adrenalina de misterio a resolver por policía afectado anímicamente , variedad a elegir y, si te gusta la acción de sustos combinada con misterio y rapidez de movimientos, mira para otro lado.
Tal vez sea yo pero..., ¿no han exagerado un poco con los halagos y alabanzas referidas a este película?
Porque si somos lo que somos, ésto no coincide con lo dicho y escrito sobre somos lo que somos, bucle gramatical más interesante que toda la narración oferida pues, seas quien seas, que sea confirmado por los demás con sinceridad y sabiduría de no ser petulancia o..., calla para siempre..., hazlo por consideración y respeto al público, hazlo por amor, hágase por la voluntad de Dios.



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