viernes, 23 de enero de 2015

Venganza 3

De todo lo visto, ¡me quedo con Liam Neeson jugando al golf!
Si la segunda parte ya dejaba mucho que desear, ¡no te digo ésta!
Innecesaria trilogía sacada de la manga por la suculenta taquilla donde, después de mancillar el grato recuerdo de la original, deja caer todo el peso sobre la estrella protagonista quien, por mucho que valga y lo bueno que sea, no puede hacer milagros pues ¡ésto no hay quien lo levante!
No todo es contar con el nombre de un actor de fuerza y respeto ganado, se necesita contenido que valga la pena con un mínimo de consistencia y misterio y no frases y diálogos tan poco apetecibles, motivadores y estimulantes que ¡duerman a las moscas!
Porque, incluso antes de matar a la ex, ya sabes quien es el malo y el motivo ¡no es que se lo hayan currado mucho!, porque no se puede ser más incompetente para elegir la música de acompañamiento, porque por mucha cámara que pongas para rodar las escenas de acción, en un intento de crear una vertiginosa sensación de adrenalina y furor que tape la mediocridad de lo expuesto, ésta sólo causa mareo, ardor de estómago y malestar, malestar por no poder disfrutar de lo único que se pedía, ¡buena acción!, golpes directos, persecuciones potentes, puños diestros, habilidad corporal, búsqueda interesante, sensación de peligro, rapidez de movimientos, atractivo cuerpo a cuerpo..., y no esta charlotada de poca imaginación que no da ni ¡para entretenerse con ganas!
Porque, ¡tan difícil es un argumento decente, digno y medio elaborado que quite este hastío a sosez y cansancio por falta de ingenio, ganas y trabajo!, si no tenéis ideas, tanto Olivier Megaton como Luc Beeson y Robert Mark Kamen, convocar un concurso de guionistas y dadles la oportunidad de la ocurrencia e inventiva que vosotros perdisteis ya antes, siquiera, ¡de idear este relato!; y, esta es otra porque, por momentos, vemos la deseosa y mancillada "Venganza" transformada en un "El fugitivo" que emula a Richard Gere con su querido poli a seguirle cual gato a ratón y ¡a verlas venir!, con un Forrest Whitaker de fan y mirrón que se aburre como un tonto siguiendo los pasos de su sospechoso, quien intenta demostrar su inocencia con ese manual facilón y previsible, hasta la ridiculez, de primero de acusado falso, ¡al menos Tommy Lee Jones se divertía más!, aparte de la abundancia de sentimentalismo, lloro y consejos gratuitos ¡del rincón de la abuela! que se observan por doquier, cuando tu público, quiere ver como repartes hostias ¡y ya está!..., bueno, y un poquito más.
Esperaba que todas las críticas negativas fueran equivocadas pues nunca pensé ¡me dormiría viendo a Liam Neeson en pantalla!
Mal sabor, peor recuerdo, tristeza de un deje que estropea la suculenta delicia y grata exquisitez que fue la visión de la primera, una "Venganza" que sedujo, encantó y complació a todo el personal para acabar, inexplicablemente, con este desaire de sabor agrio, gusto amargo y enfado por la incompetencia, que sufre el espectador, de sus responsables.
Si segundas partes ya no son buenas..., ¡imagina esta tercera!
Una espectacular canción de Eurythmics reza en su estribillo "..., there must be an angel playing with my heart! pero ¡a mala leche, con malicia y vicio! pues ¡menudo angelito, cómo ha destrozado la ilusión, esperanza e inocencia de tan sensible y delicado órgano!


No hay comentarios: