miércoles, 18 de febrero de 2015

Carre blanc

Futuro no determinado, donde sobreviven los fuertes y robustos que se adaptan al sistema, que participan del juego y son los mejores, que obtienen el mejor resultado en inteligencia, sagacidad, habilidad, resistencia y provecho, adaptación -fingida o no- a la ruta ganadora, al tren de cabeza cuyo transporte no espera por mediocres, ordinarios o dubitativos sin coraje, empuje ni talento, de ambientació rígida, gélida y lúgubre y espíritu laico, rancio y nocivo para una sociedad estéril, endurecida y fallecida en existencia afectiva, ineludible succión emotiva que aleja los sentimientos y su debilidad, la alegría sentida y su bienestar, cualquier síntoma de delicadeza, afecto o conmoción por con los semejantes, que controla y apaga cada exaltación, impresión y amigable pálpito humano para evitar el caos sensitivo, la ternura bondadosa, la calidez corporal, el cariño anímico y la caída en la compasión, simpatía, indulgencia y empatía por quienes nos rodean, un destacar por encima del resto, ser elegido y sobrevivir, al precio que sea, de nuestro moribundo de espíritu -pero aún no muerto- protagonista que se ha convertido en el mejor monstruo del reino de los osos -es continua la referencia y símil a esta raza animal y su supervivencia extrema- al superar, el osezno retoño, ese forzoso abandono materno para fortalecer su carácter y endurecer su alma pues sólo los fuertes, poderosos y valientes subsisten, el resto a la bolsa de plástico y la furgoneta transporte para perdedores.
Aún no perdido en el reino de la inhumanidad, brutalidad despiadada y la crueldad sin contemplación ni pena será su mujer, compañera de atrocidades y duras experiencias desde la adolescencia, quien intente rescatarlo y reconducirlo al hombre/chaval que conoció y del cual se enamoró.
Ahora, después de este discurso Félix Rodrigo de la Fuente, párate un segundo a respirar y meditar si tienes apetencia por ella o no pues, lo escrito es la correlación y desarrollo de su guión, argumento de escape de la mísera prisión y máquina carcelaria de quien vive al margen de su corazón, apego y estima pero, otra cosa es lo que encuentres en sus escenas, fotogramas, acción y vivencias y la lectura subjetiva que extraigas de ello, en caso de que puedas llegar a hacerla sin antes abandonar y que le den dos tortas a tanto cine de símbolos, ideogramas, emblemas de lecció instantánea, maduración soberbia de recital intelectual y avanzado donde tienes que sobreentender lo que quiere comunicar y expresar porque, hacerlo en considerada palabra hablada de comunicación fluida es desprecio y ofensa ante la posibilidad de complicar la tarea y usar imágenes frías, estáticas, confusas y nubladas donde, al igual que en el mejor apalabrados, descubrir ese suculento e inteligente mensaje, sólo para unos pocos, no emitido en vulgares vocablos accesibles para todos.
¿Quién no se acuerda de los anuncios de Audi para entendidos, ilustres escogidos y listos demostrables que, aún sin salir el coche ni la marca y con una única palabra final, imagen impactante o sentencia de exiguo contenido leían, con claridad pasmosa, su pretendido sentido y destapaban la esencia de su galimatías?
Pues, una labor parecida deberás realizar en este enrevesado trabajo de Jean-Baptiste Leonetti que aporta tantas interpretaciones como videntes la escojan incluyendo posible abandono por aborrecer esa altiva mirada donde los j.a.s.p. -joven aunque sobradamente preparado- se empeñarán en dilucidar tan meritoria tarea y donde, los más mayores, cederán antes por sabiduría de experiencia curtida y donde, ni unos ni otros, puede que hallen el hilo correcto y sutil por donde andaba un guionista -¡anda, si es el mismo que dirige!, ¿por qué no me sorprende?- rocambolesco, engorroso y puñetero que se hizo la pata un lío en lugar de elegir la claridad y sencillez del diálogo extrovertido y abierto.
Sádica, helada, insensible, austera, frígida, parálisis permanente de atención receptiva, la escoges por ser diferente, distinta a la ociosidad acostumbrada siendo, dicho atributo, lo que te atrae y seduce de ella para acabar admitiendo haberte dado de bruces contra tu propia sugerencia e inspiración, piedra que se ríe de ti por tropezar continuamente en ella pues, de tanta visita ya parece ¡tu amiga eterna!
Por otro lado, ¿por qué el futuro siempre es tan despreciable, desapacible, rancio, sórdido, esperpéntico e iracundo? ¡Dan ganas de no llegar y quedarse por el camino! 
Puede que te acoples de pleno como un excelente trabajador o, aprendas a simular como nuestro héroe que despierta, a tiempo, de la agonía fingida de pretensión casi realizable y aprecies y estimes tan costoso y arduo trabajo sino, mala suerte, bienvenido a la bolsa de plástico y la furgoneta transporte de perdedores aunque, tan incómodo aquí no se está ¿no?



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