lunes, 30 de marzo de 2015

El séptimo hijo

Julia Roberts, Angelina Jolie, Meyl Streep, Glenn Close, Charlize Theron..., todas tuvieron su divino papel estrellato, de adorable mala malísima en cuento mítico o fábula épica, por tanto, se entiende el deseo de Julianne Moore de intentarlo, quererlo y desearlo pero ¿no encontraste algo mejor, con más fundamento donde poder lucirte y no parecer una caricatura de lo que pudo haber sido y nunca llegó?, una bruja más terrorífica, seductora o, mínimamente, apetecible en su irresistible atracción por el lado oscuro?
Y, por otro lado, tenemos a un, desde hace tiempo, perdido actoralmente Jeff Bridges que juega a ser el primo torpe de Gandalf en horas bajas, quien se perdió las clases importantes de guía espiritual de jóvenes aprendices y hace lo que puede con un personaje que es mezcla chiclé de todos sus similares antecesores.
Y, Ben Barnes mirando el panorama, con toda su ilusión vapuleada, pensando ¿qué maestro me han colocado?, a que me voy con la chica guapa a su akelarre familiar y, al menos, ¡me divierto un poco!, y mira que el proyecto ¡tenía buena pinta! "¡ójala fuera el sexto hijo!" 
En la primera escena, enfrentamiento entre ambos protagonistas, ya intuyes que la cosa no va a ir bien, que el nivel de lo ofrecido va a ser de calidad ínfima, tirando a la baja, ese exorcismo de Belcebú que ni impresiona ni impacta ni asusta ni transmite nada, nivel que, con tristeza y desespero, se mantiene como norma general de conducción durante todo el recorrido, una historia que cuenta con todos los ingredientes requeridos y esperados pero que en su manejo y combinación consigue ¡dormir a las moscas!, tedio que mina la inicial voluntad de disfrute y te deja con la inesperada sorpresa desagradable de desapego, desilusión e indiferencia.
Pasas por encima de ella sin brillo, emoción o ganas en un desanimado a-verlas-venir de consabidos y memorizados pasos que ¡ni las tablas de multiplicar!, argumento débil de guión poco entusiasta, lectura adolescente cuya visión se olvida de la chispa, gracia, carisma, de la pasión, energía y adrenalina que deben capitanear estar historias, ocurrencia pobre de resultado nimio que no da para mucho, no satisface ni a seguidores de este género, ni a complacidos lectores del libro, ni a chavales o adultos por poco exigentes que sean, es un hacer-por-hacer que indica que se está abusando de este tipo de relatos donde ni siquiera se cumple el "ir pa'na es tontería" pues, la tontería tiene un puntito de benevolencia, perdón y lástima condescendiente que aquí no se digna ni complace en aparecer.
"Todo lo que necesitas está dentro de ti, no dudes en mirar en tu interior", le dice una madre preocupada a su hijo que está a punto de partir a la aventura, "Francamente, querida, eso no me importa" como sentenció, sabiamente, Rhett Butler a Scarlett O’Hara porque, visto lo visto, ¡lástima de huracán que no llegara y arrasara con todo! 
Puede que el séptimo hijo, acompañado de sus hermanos diera para más, acá no llega ni a bocadillo sencillo para matar el hambre, simpleza banal que provoca enfado y desdén, aburrimiento básicamente.



No hay comentarios: