lunes, 8 de junio de 2015

Negocios con resaca

El propietario de una pequeña empresa que acabe de crear (Vince Vaughn) y sus dos socios (Tom Wilkinson & Dave Franco) viajan a Europa para cerrar el acuerdo más importante de sus vidas. Pero lo que comienza como un simple viaje de negocios se descarrilará de formas inimaginables.


"Eres la dama de honor..., just walk with me..., simplemente camina conmigo", el probema es que la boda está siendo aburrida y soporífera, sin inspiración, gracia o humor sacados de alguna ocurrente chistera, donde la fiesta posterior no da para diversión, alegría o borrachera distraída y la despedida de soltero, previo a este ingrato accidente, da para comicidad barata, vulgar y poco trabajada de todo a un euro donde aún piensas que ¡te sale cara la entrada!
Vince Vaughn en el papel estandar que lleva interpretando ya hace tiempo ante, la supongo, escasez de un papel decente que interpretar, medio serio/medio burdo, pretendido gracioso que tiene momentos para padre ejemplar o marido del año, esforzado trabajador incansable, con honor y principios que si hay que desnudarse, pintarse como una drac queen o hablar con penes, ¿por qué no?, paga la productora y el memo sin imaginación que creyó que, lo escrito en papel, en la práctica hablada haría gracia desternillante de risotada descontrolada, acompañado de sexagenario salido y joven retrasado que quieren experimentar la noche y estar con todas las mujeres posibles, recurso de tetas y culos, alcohol y música muy apropiados para rellenar cuando se carece de ideas ¡ya no originales!, sino sólo pensamientos dignos con que rellenar noventa minutos que, aquí, no alcanzan para entretener con amor propio, pundonor o algo parecido al atrape sugestivo o atracción sorprendente por mucha voz en off, estereotipos y ruido de fondo o colorido decorado que se superponga pues no logra maquillar lo que no apetece, encandila ni anima ya que cuenta con poco que aportar.
¡Si no es tan difícil de lograr!, hora y media ligera, solvente para una historia breve, sencilla y fugaz que libere el pensamiento, se consuma rápido y olvide con la misma facilidad y ¡ni siquiera son capaces de lograr ese exiguo recurso de ínfima demanda que el espectador solicita desesperadamente, suplica agónicamente y merece recibir decentemente!
Agotadora, por no inspirar diversión, por no tener estilo, por circular sin chispa, por desfilar sin talento, por no provocar una maldita carcajada ni ¡ruda sonrisa!, por ser pesada penitencia que ni, no pagando, dejar de salir cara; porque cuando eliges este película ya sabes que estás eligiendo calidad baja, grosería alterna, gags tontos y malos chistes sin apenas agudeza, es lo que buscas para ese hueco buscado donde no hacer nada, ni siquiera pensar o exigir nada a la mente en "stand by" pero, ¡cumplir un mínimo de requisitos!, alguna carcajada espontánea, sonrisa currada porque sino, en caso contrario, ese descanso de inhibición cognitiva y ausencia sensitiva se convierte en suplicio que fastidia el relax y las ganas de olvidarse del mundo y uno mismo.
Porque, si no eres capaz de ser bueno siendo mediocre, ¡apaga y vamonos!, mejor cerramos el chiringuito y ¡a otra cosa mariposa!..., si es que ¡debería haber escogido una de dibujos! y no tanto tomate verde y frito, con mi perdón y respeto para tan admirable película que no tiene la culpa de que su nombre venga ¡como al pelo! para exponer humor tan penoso de fallido esparcimiento.
Dos negativos hacen un positivo, matemáticas, y la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, física; aquí, tres negativos más Ken Scott, director, y Steve Conrad, guionista, hacen un remix que ofende a los sentidos, confirmados por los susodichos cinco más una razón que está al límite del aguante y si eliges el espacio más reducido entre estos lumbreras, te aseguro que no te da tiempo a sentarte en tu butaca y beberte tu coca-cola más apetecible, refrescante y sabrosa que todo lo visto en pantalla.
Comedia..., obra dramática con elementos que divierten y hacen reír, que muestra lo ridículo y con final feliz..., uuummmmm, ¡casi!..., ridícula y con final feliz lo borda, el resto..., sigue buscando por otro lado que este negocio aporta ¡demasiada resaca!; ¿ves?, hasta la rima es tan facilona que ¡da pena hacerla!, aunque de esforzarse para evitarla y presentar algo más sabroso y apetitoso ¡ni hablamos!, no se esfuerzan ellos ¡lo hará la que escribe!
Mundana, aunque si quieres bajarla un escalafón, estoy totalmente de acuerdo contigo; ni para mínimos ya previstos.