sábado, 12 de septiembre de 2015

Abzurdah

Abzurdah cuenta la historia de Cielo, una adolescente de clase media acomodada que conoce por internet a un chico nueve años mayor que ella, con quien inicia una relación y se enamora perdidamente. Sumergida en un ambiente superficial, sin amigas y en un mundo adulto que poco comprende del universo adolescente, la relación se vuelve una obsesión para Cielo, una narradora locuaz, incisiva y vertiginosa, que nos conduce por una historia de amor no correspondido donde la opción de dejar de comer se vuelve la ilusión de una vida perfecta.


La destrucción de una joven sana y vitalista, que se aburre, que está desganada, que es la mayor de una familia a quien se le escapa porque quiere experimentar, porque quiere saber, porque tiene prisa, porque confunde el amor con atracción física de un cuerpo adulto que sabe como manejar y volver loca a una adolescente ingenua, inocente y sabionda que juega a ser mayor entre quienes si lo son y apuestan a carta segura.
Llamar la atención, acaparar su tiempo, suplicar por su compañía, medigar por su preocupación, más los efectos colaterales que de todo ello se desprenden, dirigir el dolor a la materia del cuerpo, lo único propio y seguro que se tiene, perfeccionar el control sobre uno mismo, de sus ansias y deseos ya que no se puede dirigir y ordenar el de la persona amada, por tanto, reconducir dicha obsesión a la excelencia y satisfacción de tu nuevo y productivo objetivo.
Se lamenta aquello que no llevamos a cabo, todo aquello que no realizamos de modo que, por qué no lanzarse de cabeza a la destrucción del espíritu de una princesa que se desvive por complacer al magnánimo príncipe, por servirle y ser su concubina, siempre q así, el soberano lo solicite.
Una narración conocida, sencilla, realzada por la envoltura de historia real, de éxito en tierra de la escritora, que intenta darle valor y carisma a lo que es, por desgracia, común y vulgar, maligna cotidianeidad de nuestra sociedad actual no realizado con gran virtud ni eminencia, auto destrucción cuya 
performance no alcanza desasosiego o inquietud, dolor ni lágrima, amargo cuento de la caída de una virgen doncella a quien duele comer por que antes fue el tormento de no ser amada, la angustia de no recibir sus llamadas, el suplicio de perder sus caricias, preparación, de decisión ya tomada, para terminar, definitivamente, con la tristeza y penuria propia y de adyacentes.
Pérdida de la cordura por obstinación, que se desenvuelve en enfermedad crónica, y que ha perdido toda su esencia, el camino al infierno detallado con poca exquisitez, desconsuelo y empatia, reconoces los sentimientos pero apenas te involucras en su aflicción, la tensión no acaba de adquirir consistencia, se evapora conforme el relato avanza, toda la esperada fase no concentra la energía y énfasis debidos.
Bestseller escrito por la protagonista de la cinta que en su formato filmográfico es pobre, reducida comparada con su hermana en papel, que narra la caída en desgracia de lo que en principio fue ilusión y delirio de un nuevo amor, para terminar en anorexia de por vida por esa adicción al poder y dominio de nuestras voluntades, ya que no satisfacen ni alegran la que nos envuelven y rodean.
Seguridad de nuestra contención cuando todo alrededor se tambalea, satisfactorio sacrificio que hiere la materia pero halaga erróneamente a nuestra confusa cabeza, tema complejo de gran cobertura, y muy extendido entra la ciudadanía, narrado en primera persona de quien estuvo allí para superarlo y contarlo.
Nada nuevo, contado con la justa gana y entusiasmo, "respirar no es estar vivo" y una película, por el simple hecho de ser verídica, no alcanza gratos decibelios, vertidas emociones que se aspiran con contención medida, explica el proceso y las fases, lo hace correctamente para que se absorba y entienda, cosa distinta es que alimente con la energía y contundencia suficientes como para que impresiones y se estime en su esperado valor.
Comedida dentro de su explisión sentimental y afectiva, mesura que no parece ser el adjetivo más adecuado.
"Abzurdah", principiante; sale, con modestia, del paso.



No hay comentarios: