jueves, 10 de septiembre de 2015

Very good girls

La historia se centra en dos adolescentes que, tras graduarse en el instituto, quieren perder la virginidad durante el verano. El problema llega cuando ambas se enamoran de la misma persona, en este caso un carismático artista callejero. 


La historia cuenta cómo poner en peligro una verdadera amistad de años por perder la obsesionada virginidad ¡ya!, ¡cómo sea!, prototipo clásico de amigas-vecinas de toda la vida que van a enamorarse, o encapricharse -elígase el término que se quiera-, del mismo chico libre, enigmático y atractivo, cuyo físico recuerda a copia barata de Ryan Gosling en "El diario de Noa" -cosa distinta es que lo consiga-, errante, bohemio y creativo, de gusto único pues ¡qué clase de romance sería si fuera repartidor de pizzas!
Toda la presente fascinación, de traición y mentiras, por la caricia y beso -y, seamos sinceros, meterse en sus pantalones- de un seductor nómada -por supuesto, sensible, honesto y fiel, sin necesidad de apariencias- entre dos inseparables hermanas de amistad, se allá condimentado por familias opuestas, de comportamiento antagónico, y desgracia al uso en cada una de ellas.
Dakota Fanning y su tez pálida, ¡de récord!, donde destacan, sin remedio, sus ojos azules, en el papel protagonista -junto a Elizabeth Olsen, como actriz de refuerzo- para demostrar si tiene valía como intérprete adolescente o si, su intento de dejar atrás la niñez actoral y hacerse hueco en un nuevo estatus, es garrafal fallo observado.
El relato es un aplastante molde reutilizado sobre cómo rellenar veladas con algo dulce y suave, con su 
breve tensión y oportuno escarceo experimental; el paso a la universidad debe ser celebrado con la conveniente tirada de cartas y a ver qué toca, si fiesta y desmadre o amor y sexo; aquí se opta por lo segundo, con blandura, pausa y recesos intermedios.
Con una banda sonora hipnótica, ésta aporta más seducción, sensibilidad y pasión que todas las escenas juntas; realizada para público de esa edad que quiera ver teatro, de cuento de hadas, sobre el inolvidable verano vivido, a recordar por siempre con cariño, afecto y ternura por la increíble primera vez..., etc, etc, etc, -acudir a manual de fantaseo sobre cómo dejar de ser virgen de manera memorable- que vende el ideal de la puesta en escena, el secretismo, la lealtad y la predisposición a sufrir ¡por quién se ama!; al resto, le supone un drama estival de crías que quieren tener algo que contar el primer día de clase, después de vacaciones, pues por lo visto, ¡qué chica no ha deseado tropezar con ese arrebatador rubio, vendedor de helados en la playa pero, en el fondo, genial fotógrafo de porvenir incierto que hace breve parada, antes de marchar a Europa -porque, este norteamericano ¡sí sabe donde está París o Roma!, para variar-, para conocerte, abrazarte y darte el mejor verano de tu vida!
Interpretaciones naturales para un guión poco emocional para hablar de tanto sentimiento, intensidad leve que únicamente cumple para salir de paso y amenizar el momento, siempre que no seas muy exigente; para románticos de nivel bajo, que todo les vale, y se conforman con la repetida y perfecta fábula de maravillosa transición de niña a mujer -Julio Iglesias, en su momento, se les adelantó en su conocida canción-, no tiene mucho juego, ni sobresaltos, ni emprevistos, linealidad de recorrido para narrar lo que todos, ciertamente, ya anticipamos y sabemos de memoria.
Un crecer iluso y fantasioso que sólo adquiere vida en estas decoradas películas que hablan de vidas, familias y vivencias de jóvenes que sólo existen allí, en los libros de Nicholas Sparks y en fotonovelas para ver en sobremesa.
Algo más de chispa, interés y gracia, simpatía y querencia por ellos y te valdría para jornada relajada de interrupción cualitativa y mental, excepto que les ves actuar, desfilar y expresar su correspondiente cliché andante, según personaje, y no te despiertan de esa lejanía ausente donde miras pero ni sientes ni te involucras, lo cual viene a decir que es floja, válida para su entorno pero débil, mustia y floja.
Si tu primera vez fue un desastre, este filme intentará resarcirte..., si fue genial, esta cinta seguro lo supera..., si todavía no ha llegado, esta película te encantará, vende aspiración de excelencia; su credibilidad es, ya, cosa aparte.
Para inocentes, de corazón tierno y alma cándida.



No hay comentarios: