miércoles, 14 de octubre de 2015

Lejos de los hombres

Argelia, 1954. En medio del duro invierno, Daru, un profesor francés recluido, debe escoltar a Mohamed, un chico acusado de asesinato. Perseguidos por hombres que reclaman la ley de la sangre y por colonos revanchistas, los dos hombres se rebelan. Juntos lucharán para recuperar la libertad.



“Si te roban tus granos, mueres”, tan sencillo como eso, más si tienes toda tu familia a tu cargo, pero al tiempo complicado y sin escapatoria pues estás entre la espada y la pared, si te defiendes malo, sino mismo resultado, la única cuestión es si eres hombre de palabra y honor, de coraje incuestionable para poner fin a la cadena de vendetta de sangre que, sin remedio, se emprende y que ésta finalice en ti ya que, “no se puede escapar de la ley”, sentencia firme y categórica imposible de evitar, la única diferencia son las consecuencias que de ello se deriven según sea quién aplique la ley, la oficial de los franceses o la tradicional de la tierra argelina.
Dos únicos personajes, unidos a la fuerza, con un único objetivo a la vista, llegar a Tinguit y no padecer por el camino, ruta directa a la muerte elegida porque, se quiera o no, morir es lema claro y evidente -la libertad como posibilidad lejana que no acaba de consolidarse-, tiempo por delante para conocerse y ver a la persona, al digno y valiente hombre que se esconde tras su nombre, hazaña heroica que se toma su tiempo para ser y existir, para desarrollarse, historia de respeto y amistad, nacida de la nada, pero afianzada con la propia vida y la violencia de su supervivencia.
Fotografía exquisita, admirable toma de los paisajes desérticos, de las rocosas montañas, de esas deslumbrantes puestas de sol que hechizan y enamoran pues muestran su belleza más solemne en medio de tanta guerra, destrucción y enfrentamiento, rearfirmando la paz y serenidad de observar su presencia, como descanso y tiempo muerto entre tanto sin sentido y barbarie.
De vastos espacios y abrupta consistencia, su andar no resulta pesado, todo lo contrario, te adhieres a su emprendida caminata, de arriesgada aventura y propósito venerable, con facilidad pasmosa y ánimo firme de saber de ellos y acompañarles hasta el fin de su expedición tortuosa, magnífica complicidad de Viggo Mortensen y Reda Kateb, con la gratitud de sus sentidas interpretaciones, donde la modestia y expresividad de sus gestos y actos aporta sobriedad al perpetuo silencio, espléndida captura de primeros planos faciales, donde el endurecimiento del rostro y la sinceridad de la mirada lo dicen todo ante la ausencia de palabras, explicaciones las justas para apreciar, admirar y considerar hermano a quien, hasta hace poco, ni existía.
Contundente aspereza que se muestra delicada y atractiva en su respiración sólida, devastadora y escueta población que se rige por linajes de antaño y un costumbrismo arcaico que configura inamovibles injusticias, austera comunicación que se abre paso entre la degustada y leal integridad compartida, confianza de corazón puro que expresa su verdad y dolor sin tapujos, para un libre y limpio entendimiento a partir del conocimiento mutuo.
Con envoltura de clásico western, se observa un desolador pueblo lleno de riquezas humanas y territoriales que se distorsionan por la brutalidad del combate y la obligación de elegir bando, humilde, discreta, de marcado paso, te asimila para deshojar, uno a uno, sus secretos no confesados, esa primorosa intimidad que necesita de su pausa y tranquilidad para emerger y aspirarse con sutil grandeza.
Cálida dentro de tanta ruina y estrago, habla de sacrificios sinceros y castos que no esperan nada a cambio, lo mejor del ser humano, esa renuncia por generosidad innata, que ni solicita ni demanda entre tanta pelea y revancha que no permite vivir, ni crecer, ni madura como ser, como persona.
Robusta, conmovedora e interesante, todo en uno, que unido a su desesperación y tensión de andadura, conforman un producto de grato y complaciente consumo, sorpresa que implica y penetra, emociona más de lo que, en principio, esperas.
Las vergüenzas de la tradición rotas por el corazón del hombre, bravo y resistente escenario que batalla por alcanzar una vida digna.




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