viernes, 8 de enero de 2016

Star Wars: el despertar de la fuerza

Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte, la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. A los héroes de antaño, que luchan ahora en la Resistencia, se suman nuevos héroes.


¡Quién te ha visto y quién te ve!, y sombra de lo que eras...

¡Por dónde empezar cuando algo es tan impresionante, emocionante y satisfactorio visualmente!
Una obra magistral para la vista, la razón y una ilusión que esperaba con ansia y devoción la continuación de la saga; quedan nutridos y entusiasmados todos los sentidos con placer sublime, especialmente una mirada colmada de tanta sugestión inabarcable, dada la rapidez escénica de unos fotogramas cuidados y diseñados con precisión meticulosa, habilidad técnica y una imaginación desbordante que se aprecia a cada segundo, que se esconde en todos y cada uno de los rincones de un magnífico y rico guión que hace la delicia de los fans veteranos -bueno, para muchos sólo es un refrito insalvable-, de los jóvenes incorporados y de aquellos curiosos que, simplemente se acercan a disfrutar de un blockbuster que no defrauda a nadie, inspira al más soso y enmudece a toda la audiencia con su diestra sabiduría para presentar un séptimo capítulo -franquicia de un glorioso cuarto- soberbio, explosivo y de vibrante impacto dada su adrenalina, ritmo e incesante espectáculo, que no descansa ni un segundo en su aportación de alimento y exquisitos nutrientes para un espectador anonadado, contento y feliz de que la fuerza despierte, continúe y le acompañe.
Ensimismada diversión, de variado desfile a cual más deslumbrante y cegador, cuya representación mantiene una calidad alta, de rememoración a su lustroso pasado, desde ese minuto uno donde, sin problemas y con facilidad agradecida, te incorporas a la continuación de una espléndida odisea, que renace con notoriedad de su nueva productora, y que tiene el acierto de mantener a sus pilares base y de combinarlos con destreza, para permitir que se saboree esa añoranza de tiempos pasados, con la alegría y acierto de verlos continuar y desarrollarse en este sensacional presente, al que se le augura un futuro maravilloso por delante.
Innecesario enfrascarse en el lema y espíritu de una
fuerza que ya es religión sagrada para muchos adeptos, todos conocemos la integridad del mensaje que oculta tan poderosa historia, sus lados, miembros, atracción tenebrosa y seducción irresistible a la que cada cual debe sucumbir, superar o aprender a manejar; todo sigue presente y a cargo de los mismos, el poder en su lugar, los rebeldes enfrente y todo a punto para una frenética y asombrosa partida de ajedrez por encontrar a ese rey perdido, tan solícito y necesitado por todos los asistentes, da igual el bando.
A partir de ahí, siéntate, abre bien los ojos, despierta tu fantasía más imaginativa e inocente, palpita con su banda sonora, déjate eclipsar con sus fabulosos combates, persecuciones, luchas y esperados cara a cara que dominan tu espíritu, aceleran tu ritmo cardíaco y sacian unas expectativas, temerosas en su descubrimiento por si no estaban a la altura -para muchos no lo está-, ahora colmadas y agradecidas de la garra, empuje y minucioso detalle, del notable conjunto, de la excelencia individual, de la madurez de los nuevos, de la por siempre juventud de los viejos, de la perenne apetencia por un relato que no desfallece, que con autoridad crece y deja marcada huella a apasionados e incrédulos -pues a nadie deja indiferente-, todos con la misma concepción, recreación maravillosa de una esencia incandescente
que hipnotiza, enamora y fascina, seas grande, pequeño, conocedor o ignorante.
“El origen que buscas no está detrás de ti, está delante”, para suerte de todos nosotros; no dudes en ir a verla, no esperes al dvd, debe consumirse en gran pantalla de efecto sonoro, no será un desperdicio de tiempo, da igual tu afán o lealtad a su causa, es una película hecha con gloria de atender a todos sus pasos, de velar por todos sus movimientos, de exigir maestría y cuidar con vehemencia la imagen, de envolver con defensa sonora el resultado y de perpetuar un nombre sagrado, que conserva su licencia estelar para proseguir combatiendo en su ancestral y fervorosa guerra.
135 minutos para ver, oír, sentir, palpar y degustar; relájate y ¡que la fuerza te acompañe!; después haz lo que quiera con ella pero, persistirá más rato de lo que piensas en tu persona, a menos que seas ¡incondicional discípulo!, entonces, a pesar del reproche, ésta vive en ti, sin necesidad de despertar, desde hace tiempo, y con poderoso optimismo sigue y sigue y sigue...
Acotación aclaratoria; escrito desde quien no es experta de la leyenda, que acude, simplemente, como aficionada al cine de entretenimiento y diversión.

Lo mejor; La guerra de las galaxias: una nueva esperanza ¡ha vuelto!
Lo peor; no inventa, sólo remueve lo ya escrito, donde el mal pierde fuelle y carisma.
Nota 7,7


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