jueves, 11 de febrero de 2016

Queen of earth

Dos antiguas amigas se retiran a una casa en la playa para liberar presiones y estrés, tras sufrir una de ellas una traumática ruptura sentimental. Fueron grandes amigas en el pasado, pero durante estos días juntas se dan cuenta de cómo han desconectado entre ellas con el paso del tiempo, haciendo que sospechas pasadas y resquemores presentes afloren inesperadamente.



“Deberíamos cambiar posiciones, a ver cómo nos sentimos entonces”

Película inquietante y tenebrosa que explora la relación de amistad entre dos mejores amigas de la infancia, esa leal persona que se supone estará allí cuando la necesites sin fallarte, que no relegará tu depresión y desganado estado de ánimo por la felicidad y ventura que en ese momento se disfruta y que sabrá ser, escuchar y acompañar en tu desgracia, como acogedor hombro en el que apoyarse y firme cuerpo al que abrazarse.
Pero cuando cae el mito visionado de quién es esa compañera y se empieza a conocer a quién realmente vive dentro de ella, pero cuando la vida, con su maldad e ironía, le da la vuelta a la tortilla y la necesitada ahora es sobrio orgullo que duda si proporcionar cuidados a quien, en su momentos de angustia se evaporó y no supo ejercer de consuelo y ayuda.
Devolver lo recibido con el mismo vacío e indiferencia, ojo por ojo y diente por diente, la ley del Talión se abre paso, argucia interesante llevada con siniestra pausa, terror fijativo y espeluznante mirada de lento y desgarrador proceder, no apto para toda paciencia, va salteando el presente y pasado en una cruel comparanza sobre el comportamiento de cada

personaje, según la situación dada.
Cámara obsesiva encarada al esclarecedor rostro que no engaña y muestra, con gran desnudez, cada figura; una alejada casa como cobijo juzgador de la degradación mental de una/alzamiento poderoso de la otra, supuesta estancia de relax y compartimento reflexivo que esboza verdades sanguinarias y acusaciones afiladas que duelen y establecen un peligroso combate de culpas pendientes de ajusta y explosionar, imparables una vez se les da salida.
Resentimiento, egoísmo, miedo, odio, recelos..., toda una gama de perversos sentimientos verán la luz al no poder cohabitar, al tiempo, el trono aspirado pues, ambas pelean y debaten por ser el centro de la tierra, esa “queen of earth” de tan reducido territorio, pero cuyo puesto se disputa ferozmente y con todas sus garras y labia.
No deja de ser un thriller psicológico donde se teme lo imprevisto, dada la diversidad cambiante de emociones que viven sus estrellas; desolación,
frialdad, unas veces oxidada/otras valiente y lúcida, escenas potentes y aclaratorias con otras ingenuas e inconexas, hermosos espacios abiertos que contrastan con la asfixia de una exigua habitación, escondite de un doloroso mundo...,
Alex Ross Perry escribe y aporta una dirección magnética con puntos álgidos/otros escasos, desconcertante en términos generales que consigue la escoltes para resolver la resolución de tan extraña pareja que respira crueldad y alevosía, resquemor y desconfianza, al tiempo que desencajadas buenas intenciones hacia su amada amiga.
Conmociona por momentos/por otros se distancia, la incertidumbre y pesar viven latentes en todo espacio, zozobra de locura que perturba sin lograr un acelerado desasosiego durante todo su visionado, pues unas partes son más nutritivas/otras más inapetentes; cine con carácter propio que no a todos entusiasmará, para escogidos tolerantes que gusten de deliberar a partir de una presentación minimalista que hace, de sus desiertos y estáticos fotogramas,
cartel de identidad de toda la congoja y desvarío suplicante que allí se está viviendo.
La necesidad y desesperación cambia de manos y portadora, ¡Dios salve a la nueva reina!, cuya misericordia y compasión hacia su predecesora no parece sólida afirmación y sí vacilación turbadora; es un mezquino juego a dos bandas, donde se devuelven las bofetadas recibidas y se toman posturas según la sensación asimilada.
Es interesante e inquisitiva en su interrogación, también alicaída e inapetente en su rutina, deja huella aunque, no corona su horror y desdicha con solvencia por parte de un libreto que sabe lo que quier ofrecer pero, por su camino se entretiene y distrae con florituras que no van a cuento.
Tiempo de la convivencia es memorable, otros olvidables, pero has convivido con ellas hasta el final, ¡es lo que cuenta!


Lo mejor; un insinuado ambiente a lo Polanski
Lo peor; se desvía con facilidad de la robustez de su propósito.
Nota 6,2



No hay comentarios: