domingo, 20 de marzo de 2016

Padres por desigual

Brad Taggart, un ejecutivo que acaba de casarse, intenta por todos los medios ganarse el afecto de los hijos de Sarah, pero le resulta muy difícil porque los niños echan mucho de menos a su padre. Las cosas se pondrán peor con el regreso de Dusty, ex marido de Sarah y padre de los dos niños. Entre ellos surge una fuerte rivalidad.


¡Hay que currarselo más, papis!

Un padre o un papá ¿realmente importa?, pues la verdadera pregunta es ¿funcionan como pareja cómica Mark Wahlberg y Will Ferrell?, ¿tienen empatía y vis humorística como dueto escénico, tanto como para recrear ese deseado escenario de alegría, pasatiempo y risa?
Es obvia la trayectoria del segundo en dicho género, en numerosas ocasiones a demostrado su talento y don para la burla, guasa y cachondeo de si mismo y del texto puesto en sus manos; y aquí vuelve a demostrarlo una vez más, vuelve a hacer gala de su habilidad y perspicacia para sacar los mínimos huecos de gracia y entusiasmo a un guión escrito de carrerilla, sin demasiado tiempo ni imaginación dedicado a su escritura, más el añadido de un co-protagonista que, de nuevo, demuestra ser poco más que mucho musculito y vendida simpatía, hacia una grada fanática que, no se sabe por qué o cómo le han encumbrado a actor de fama y trabajo de sobra.
Y no se me mal interprete, son varias las películas de dicho autor que he disfrutado y agradecido, la primera que admite que, cuando ha querido y se ha esmerado, ha mostrado una válida actuación más allá de su trabajado cuerpo pero, en esta ocasión, con un manuscrito tan estándar y poco nutritivo, donde lo original sería no adivinar con los ojos cerrados el siguiente paso, su nulidad para ser chistoso, salero y desenvuelto en su papel cliché otorgado es evidente, palpable y decisivo para inclinar la balanza, de lo único salvable, a ese compañero de tablas que es todo lo que le falta al susodicho y a ese guión tan anticipable, comodín y
corriente que no logra evadir la sensación de sosiego y ordinariez, ante su inapetencia de imaginación e inventiva.
Es lo que esperas, sin duda alguna, no engaña ni defrauda en ese sentido aunque, ello no quita que sea poco estimulante y sabrosa su visión y consumo, apenas agraciada o afortunada ya que el ánimo, coraje e ilusión de un vidente, a la espera de entretenimiento adecuado y válido se va estancando conforme pasan los minutos; la espontánea risa se convierte en una cedida sonrisa benévola y arbitraria, dado lo otorgado, y todo el disfrute y logro de un supuesto esparcimiento holgado y relajante, se tiene que adaptar a esa indiferencia e imparcialidad de quien observa sin carcajadas, sobresalto, emoción ni arrebato.
Puedo ser generosa y no castigarla, está realizada para esa distracción sin otra pretensión más que un rato de regocijo, de no pensar y a otra cosa pero,
incluso habiéndola consumido con esas intenciones, queda lejos de llegar a dicha finalidad; su progreso y recorrido no llega al aprobado de ese interés vago de quien únicamente quiere relax, mentalidad zángana y una bobería simple, torpe y sin otro propósito más que presentar memeces con algo de ocurrencia pero..., ¡son tantas las sandeces y tan escasa la agudeza!, que arrasa por goleada en su escaso fruto retribuido.
No niego que la predisposición del usuario al humor y la jocosidad ayudan a esa sumisa llegada de fácil entrega pero, también es cierto que una buena comedia lo es por lograr extraer esa diversión y relajamiento en los días y momentos más difíciles, por ello la escoges; este intento pobre de padre en apuros llega por mínimos al primer caso, y con mucha inocente entrega de un vidente considerado y
condescendiente que cede en sus pretensiones.
Entiendo no está pensada para ser de las mejores, tampoco para ser relegada al lugar opuesto, pero su informalidad y recreación no da para muchos enteros.
¿Padre o papá?, ¡qué más da si no cambia el resultado! No aburre, tampoco recrea como quieres, simplemente no llena; un guión más currado hubiera cubierto la falta de festiva pericia de Mark, y Ferrell hubiera hecho el resto.
Padres por desigual, igual que desigual es el talento de estos dos actores para la comedia gamberra pues, no por ser un gamberro molón sabes hacer reír con chispa e ingenio a la audiencia.
Optar por la venta simple y necia no siempre funciona.

Lo mejor; Will Ferrell haciendo lo que puede con su personaje.
Lo peor; un guión clausurado ya antes de abrir sus puertas.
Nota 4,3


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