lunes, 14 de marzo de 2016

zoolander 2

Diez años después de conocerse entre pasarelas y sesiones de fotos, Derek y Hansel han caído en el olvido. Deciden entonces emprender una nueva aventura en busca de la fama y el éxito que perdieron. Para ello, viajan a Europa para enfrentarse a las nuevas celebridades. Secuela de "Zoolander" (2001)


Burradas excéntricas para concretos elegidos.

“No puedes matarnos a todos, protegeremos al elegido” y sube a instagram, su último selfies, Justin Bieber.
Nunca he sido fan de este tipo de películas, no les veo la gracia ni capto su diversión por mucha ocurrencia fantasmal que se ponga en ese desfile referencial a varias cintas, a diversas sentencias o múltiples escenas que todos recordamos y tenemos en mente, por la genialidad o importancia del primer momento en que las vimos u oímos.
Pero, aún reconociendo el estilo de andadura, el provocador humor que busca su manuscrito y la exagerada actuación teatral en tono de burla y coña, ésta sigue sin hacerse conmigo por mucho que, reflexivamente la lea y dialécticamente la escuche; sus circenses movimientos, de pasos estrambóticos y letra absurda y garrula, no logran provocar más que esa media sonrisa de quien sabe la intención de su escrito, pero no pasa más allá de un simpático acompañamiento dada su destreza, disparate y osadía.
Se sigue la saga y estela de “Hot Shots”, con un Ben Stiller como relevo comandante de un Charlie Sheen de años más dorados; la moda y belleza como centro de la estupidez y sagacidad en su parodia y el descaro sin sentido, de recorrido memo y tonto, como líderes de un género que tiene su propio público, quienes supongo estarán gustosos y encantados con esta secuela.
Actores reconocidos, de alterno renombre y talento para la comicidad, como refuerzo de ese discóbolo pilar que se ríe, ante todo, de si mismo pues, si una facultad posee el ya lejano director de “Reality Bites” es su fácil y cómoda adaptación a la paranoia y caricatura, extravagancia y ordinariez que requiera el
personaje, bien reforzado por sus compañeros de absurda aventura, en un colofón cómico y guasón que no todos sabemos digerir ni apreciar como se supone se estima.
“Extraño no saber cosas contigo”, no se si extraño el disfrute y aprecio de este tipo de entretenimiento ligero, irreverente, superficial, mofo, vulgar y chistoso; en otro tipo de películas he reído y saboreado como nadie este tipo de humor y payasa jocosidad, en este caso quedo al margen del placer, cachondeo y alegría que se anticipa es el sello de la casa.
Su visión ha sido estándar y neutra, ni bazofia ni brillantez, simplemente escuchaba los diálogos, veía la guasa y reconocía la ironía burlesca sin ningún tipo de efecto, sólo indiferencia.
Enhorabuena a quienes han carcajeado de esta bulla y pasado un buen rato de distracción y entretenimiento; no voy a juzgar ni machacar un tipo de ingenio y socarronería que, por lo visto, no está hecha para mí, pues tampoco era devota de su predecesora, ¡la madre de todos los desmadres!
Con todo no soy masoquista pues me parece ilícito comentar algo no visto y, aunque adelantaba ya
maneras de no ser de mi agrado, siempre espero positivamente que la vida me sorprenda y haga cambiar mi equivocada preceptora idea; en esta ocasión, sigo en mis treces.
Su mirada seductora y fascinante, de hace una década, se queda en nada; ausencia de esa bendición de risa, de hace tiempo, de consumo más gustoso y agradable.

Lo mejor; es, al dedillo, lo que esperan sus fanáticos.
Lo peor; sus excelentes actores cómicos merecen un manuscrito menos pueril y tonto.
Nota 5,1


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