miércoles, 18 de mayo de 2016

Capitán Américan: Civil War

Después de que otro incidente internacional involucre a Los Vengadores, causando varios daños colaterales, aumentan las presiones políticas para instaurar un sistema que exija más responsabilidades y que determine cuándo deben contratar los servicios del grupo de superhéroes. Esta nueva situación dividirá a Los Vengadores, mientras intentan proteger al mundo de un nuevo y terrible villano. Tercera entrega de la saga Capitán América.


Descontrolada justicia, para apaciguar personales víctimas.

Me preocupaba su visión, me apuraba un posible fraudulento consumo, es más, me acerqué a ella con miedo y cuidado después de pensarlo mucho, pues temía el desengaño de la anterior y una decepción, intuida por prejuicio anticipado, dado los daños colaterales sufridos con su mayor hermana que todavía pesan, con fuerza, en la memoria; pero no, estaba equivocada, por suerte para quien escribe esta crónica satisfecha, se lo han currado.
Han puesto empeño y buen trabajo argumental en ella, han tenido, en esta ocasión, más gracia, idea e ingenio para combinar a toda la trope vengadora; cierto es que la causa no es original ni nueva, se lleva mucho últimamente pensar en las víctimas inocentes de los superhéroes y en someterlos a supervisión y leyes manifiestas, tema por otro lado un poco absurdo pues, alguien que no es de aquí o posee poderes extra terrenales, veo difícil pueda ser sometido a la voluntad terrestre, aunque claro, se les supone una ética humana y un corazón sensible del que no pueden evadir la moral de su conciencia.
Pero, más allá del asunto, ya un poco reiterativo, de los daños, muertos y desperfectos y la responsabilidad sobre todo ello, está la cuestión de la acción, emblema que debe lucir por encima de todo ya que es su fuerza, etiqueta y exquisita tarjeta
mayúscula de presentación, amén de ser, al tiempo, su posible talón de Aquiles; y aquí, momentáneamente y al inicio, se vuelca más hacia ese mencionado designio, corroborado por unas imágenes que no ocultan el torpe uso del ordenador para ciertas peleas, golpes y enfrentamientos; cierto también que, conforme entras en calor, ya de lleno, ésta mejora consistentemente y es un placer goloso observar y disfrutar de unos contra otros, de ese ingenio irónico, de combate entre amigos que se aman, respetan y creen fielmente en sus motivos para llevar a cabo sus actos, ¡vamos!, que olvidas rápidamente ese resquemor de principio.
La venganza pretende consumir a los vengadores, convertir lo mejor de ellos en justiciera voluntad que cada uno decide llevar a término por su cuenta, el grupo se quiebra, la amistad se pone en juego, el ego interior está en duda, lo personal se vuelve principal, lo demás es secundario, derribar un imperio por un corazón roto de alma herida, lo correcto, lo justo, lo propicio, conveniente..., la
familia como núcleo clave de todo el andamiaje, pues siempre estará allí cuando se la necesita, no importa dónde, cómo o cuánto hace de su contacto, son hermanos y son fieles, no se abandonan/nunca defraudan.
Anthony y Joe Russo cuentan con un guión audaz y estoico, sabiamente sazonado para manejar a tanta estrella; saben coordinarlos con destreza, humor y gancho, candente motivación que se agradece y aprecia, al no limitarse a unir las piezas y hacerlas saltar y correr sin orden o aliciente más allá de la esperada taquilla.
Inteligente, divertida, serena y de combinación maravillosa, camina con talento, usa con desenvoltura su humor interno, acopla con suculenta delicia las artes y habilidades de cada particular héroe, razona, late, siente y vigoriza su espectáculo en aceleración progresiva, de aptitud generosa, hacia ese súmmum combate, colosal en estilo, articulación, bromas y enganche de adultos cabreados y peligrosos, pues todos creen tener la razón de su parte, más un inesperado crío, que habla por los
codos, mientras alucina por codearse con las estrellas mayores.
La perspectiva social, económica y política, las rencillas sufridas, las intolerables pérdidas, la firmeza ante la presión, resistencia que obedece a una intuición basada en experiencia, deudas acumuladas en un guión fantástico que los hermanos Russo llevan con determinación, categoría y lucidez rica a la pantalla; se disfruta enormemente, se agradece la mejoría y borra el desaborido recuerdo de su antecesora, una era de Ultrón barrida por una Civil War vivida en imágenes, sentida en contenido, gozada en conjunto.
Con gran presión y responsabilidad en su nacimiento, espléndida.

Lo mejor; la mejoría de un guión maduro o reflexivo.
Lo peor; su inicio combativo deja señales del dirigido ordenador que hay detrás.
Nota 6,9


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