viernes, 15 de julio de 2016

For those in peril

Aaron es un joven inadaptado que vive en una remota comunidad pesquera de Escocia. Él es el único superviviente de un extraño accidente marítimo en donde perdieron la vida 5 pescadores, incluido su hermano mayor. Repudiado por la superstición local, el pueblo culpa a Aaron de la tragedia, aislándolo de la vida de la comunidad.


Un hamlet sin locuacidad, pero de similar demencia emocional.

Bella, profunda y devastadora la radiografía que Paul Wright realiza del dolor, la pérdida y su locura, agónica poesía, de imágenes confusas, que divagan en la mente de un quijote que lucha contra sus propios molinos de viento mentales, para que todo vuelva a su requerido lugar de felicidad; exquisita melancolía turbadora de quien debe retornar a las peligrosas aguas, para matar a la bestia popular de una fábula, vuelta realidad hiriente e insondable para el aciago héroe.
Pero, aún con toda la inmensa oquedad, de reflejo cautivador en su desamparada destrucción anímica, te duermes, lamentablemente permaneces ausente; en ningún momento conectas con su martirio o te involucras de pleno en su paranoia...,
...,la observas, entiendes el mensaje, aceptas su hábil y hondo formato, valoras su recreación argumentativa, aniquilada sensibilidad dividida y rota de un espléndido George MacKay, recital ambiental de desprecio, culpa y recordatorio constante de una tragedia que no se puede olvidar, anónima culpa cuya malicia recae sobre quien osó sobrevivir, un mal repartido erróneamente que se tiende a ajusticiar...,
..., un montón de catastróficos condicionantes rodean a este inocente chaval que sólo quiere recuperar la alegría que tenía y a la persona que amaba, mientra soporta el juicio desgarrador y lamentable de sus propios vecinos pero, estás al margen aflictivo, te mantienes a una distancia emocional, sincera e inevitable, de quien no respira su ánima, simplemente la lee, clave de que reflexiones sobre ella, con deferencia del sobrio retrato conformado para narrar el derrumbe emocional tras superar un naufragio, como único superviviente de abordo pero, que admitas al tiempo que no te aflige, conmociona o absorbe su artístico baile sufridor hacia la vesania perpetua y sin retorno, hacia su desesperada inmolación como llamada de auxilio y deber, pues has estado todo el rato a lejanía emocional del puente comunicativo que debe trazarse entre
narrador y oyente, entre escritor en imágenes y su audiencia expectante.
Y es que, al igual que no todos captan la belleza de la poesía, el arte del flamenco, la pasión de la ópera, el encanto del jazz, el alma del soul etc, etc, etc, es claro que este guión tiene sus propios fervorosos defensores, que han vivido con plenitud conectiva la enajenada espiral que sufre el protagonista y, ¡enhorabuena!, pues soy la primera en admitir todas sus virtudes y logros de escena, dirección, percepción y trauma que lacerantemente -y con maravilloso arte visual, de lentitud expirante en su alteración cabal- expone y derrama pero..., pertenezco a ese otro grupo cuya visión ha sido un poco tediosa, cargante y aburrida, tanto que debía forzar a mi desganada razón, de nulidad sentimental por ella, a prestar la atención debida para acabarla, sin excesivo interés, sea dicho también.
Malograda desconexión que se lamenta y entristece, pues es un relato incisivo, de recónditas sensaciones, vividas con abatimiento y desolación en su amargo sufrimiento y cuyo desnudo esqueleto deja ver todas
sus heridas laminadas, asoladas y arrolladas por el transcurso del tiempo pero, lo que no se absorbe no se puede retener, y es mínimo lo aspirado y guardado tras su lectura y consumo.
Grandeza dramática, por aquellos que están en peligro -for those in peril- de la que quedas al margen de su huella.
El mar le devolvió a tierra, castigo -que no beneplácito- que no supo encajar su transtornada esencia.

Lo mejor; su originalidad y alternancia para exponer la caída emotiva de un delicado ser.
Lo peor; su configuración te hace meditar sobre ella, que no sentir o padecer con el corazón en vilo.
Nota 6,3


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