miércoles, 5 de octubre de 2016

Bronce

En el 2004, Hope Ann Greggory se convirtió en una heroína de América tras ganar la medalla de bronce con el equipo de gimnasia femenino. Hoy, está viviendo en el sótano de su padre en su pueblo natal, varada, medio olvidada y amargada. Atascada en su gloria pasada, Hope es obligada a reconsiderar su vida cuando una joven promesa de la gimnasia quien la adula pone en peligro su estatus de celebridad. ¿Será la mentora de la adorable y esperanzadora protegida, la saboteará o ambas cosas?


Caprichosa niña adulta, sin perspectiva de madurar.

Soberbia, insolente, recelosa, mentirosa, manipuladora, egoísta, frustrada..., todos los negativos adjetivos son rentables de adjudicar a este forzado personaje, encarecido en su negatividad, que intenta provocar risa de antipatía indolente, pero se queda en gracieta humorística de frase, que en la práctica no provoca carcajada alguna,únicamente medio sonrisa por la pretensión y el logrado resultado.
La estrella de un pequeño pueblo, que la honra y venera por el éxito logrado hace doce años, a pesar de todas las dificultosas circunstancias que sufrió en su momento; sacrificio de rédito abundante del cual ella se aprovecha, pues le saca todo el posible partido a ese tercer puesto de la competición de gimnasia nacional.
Vive del pasado, vive del recuerdo, vive enfrascada en su uniforme de competición de los Estados Unidos de América que ya está viejo, obsoleto y oxidado, pues no da para más, tiene tanto uso que hace tiempo que empezó a resquebrajarse y a caerse en trozos de vergüenza ajena, que la altiva mandataria ignora y elude pero que, pronto más que tarde, deberá afrontar.
El cuento de la alumna vuelta entrenadora, cuya superación por su discípula pondrá a prueba su honorabilidad y ética, contra el recelo y la pérdida de beneficios del otorgado premio; beneplácita evolución de la desdicha, a la felicidad de ser buena persona y actuar con moralidad y decencia, moraleja de recompensa para quien se comporta bien, en contra
de quien sólo piensa en una misma y traiciona a sus semejantes.
Cómica es la etiqueta que vende, aunque no lo logra del todo, se queda a las puertas de su pretendido oro, medalla de bronce -nunca mejor dicho-; sus ataques verbales, estridencias escénicas, ironía de sentencias, grosería de personalidad y cabreo de generalizada norma es chiste apalabrado, sin efecto sonoro por parte del público, ya que hincha y desorbita lo busca, no logrado naturalmente, esa complicidad espontánea que nunca llega; su excentricidad y patetismo no es alegría de risotada sentida, sólo comodidad complaciente por quien quiere hacerte pasar un buen rato y se queda a las puertas de la intención, en un virtuoso propósito, de escaparte malintencionado, pero en el fondo amable y bonachón.
Lástima que no se moleste en explotar esa rivalidad enfermiza y contraatacante entre mismos miembros de un equipo, filón que desusa a cambio de rellenar con tonterías de distracción de cliché típico, muy recursivas ante la falta de aspiración e ideas; es básica, momentos buenos con otros degradados, el absurdo como recurso alternativo, sentimientos al uso según catalogadas escenas, cariño,
compañerismo, venganza, superación de los sueños y encarado optimismo de avance es su entrega.
Se puede ver, sin duda alguna, es cinta para recreo insustancial, de mente relajada, que pasa el rato, pero deja esa sensación de no logro, de fallar en la prueba; no compite en finales, menos alcanza medalla, aspira a diversión/se conforma con moderado entretenimiento, no saca el partido debido a su elaborada figura estrellada, y podía haberlo hecho, pues había material oculto para ello.
Su maldad no es adictiva, su cinismo no es burlón, su deslenguada pose no es nutritiva, su neurosis irritante, solitaria y egocéntrica no succiona ni simpatiza, sus carencias emocionales únicamente despiertan amabilidad de cariño por ella; comedia independiente, fresca y coloquial, que se hunde por el uso excesivo de la estupidez artificial, en lugar de hurgar en la inteligencia emocional y los problemas afectivos de sus creaciones.

Lo mejor; su corrosiva entrada.
Lo peor; pierde fuerza al optar por la tontería banal.
nota 5,1



No hay comentarios: