sábado, 24 de diciembre de 2016

La comuna

Dinamarca, años 70. Un matrimonio decide convertir su casa en una comuna. La pareja descubrirá así las peculiaridades de la vida colectiva.


Honestidad sin límites.

Interesante..., tú lo iniciaste/tú lo arruinaste, al desear más sin valorar lo que se tiene, al crear un paraíso que supone la desaparición de tu persona, al quedar relegada al olvido de un aislamiento, no tocada por nadie.
Cuando ya no compartes la idea de vida con tu pareja, cuando se abre el espacio y la comunicación cesa, cuando ya no se aprecia el querido sol por un indeseable nubarrón afectivo que implica la soledad, amargura, tormento y desquicio de tu alma, pues la locura se ha apoderado de ti, ya no eres la que eras, has sido traicionada por tu vanagloria de apreciar el oír a otros y obviar a tu pareja.
Cercioro, interesante..., ese observar la llevada de la peculiar teoría a una equilibrada y curiosa práctica, más esas determinantes emociones que nacen y fluyen sin control, pausa ni patrocinio y que son la expresión involuntaria de quien ha perdido su norte, al apostar por todos los puntos cardinales y desbaratar el sentido orientativo de su propia brújula.
Una grata sorpresa, mucho mayor de lo esperado, de buen espíritu, abrazado por esa estupenda música y ese inocente experimento de querencia y vivencia en
comuna de los 70, donde entre todos, a buena fe, se decide/donde uno, a necesidad personal, puede cambiar el balance y desafiar toda la estructura.
Egoísmo y generosidad conviven en un proyecto nacido de la urgencia de saber y convivir con más personas, de la petición de enriquecimiento del tiempo y espacios compartidos a tres bandas entre una esposa, su marido y amada hija; deseo concedido, que conlleva inesperados sobresaltos anímicos, al descubrir la reina de la colmena que su súbdito rey, ha hallado reclamo nuevo de mayor apetito, estímulo y cariño.
“Tiran más dos tetas que dos carretas”, más si son suaves, firmes y prestan atención a los requerimientos de las manos que las solicitan; entusiasmo y vitalidad, para una atenta mirada que disfruta con el avance y desarrollo del formato; ojeo persuasivo, que se introduce con la festiva alegría del comienzo de una alternativa familia, de adopción y convivencia.
Humor para la indagación absorbente, sobre las
consecuencias de lo que decidimos y hasta dónde se puede soportar sin perder la lógica, el respeto, la mente y, así, dejar de torturar a un devastado corazón, que no esperaba tal vuelco.
Concluyo, interesante..., solidez argumentativa, para esa ironía conclusiva que se lleva por delante las esperanzas y anhelos de su portadora, mientras la vida sigue y los demás disfrutan de su ocurrente idea, puesta con éxito en marcha.
Nadie es imprescindible, el grupo no se detiene por el desencaje de una pieza; acoplarse a los cambios y reajustar posiciones, y el miembro sobrante, que abandone la casa.
Motivadora, refrescante, ingeniosa distribución asociativa de un edén, que tiene su exquisita manzana tentadora, aquí, resuelto con el efectivo raciocinio de lo mejor para la mayoría...lo dicho, interesante.
Sol, sexo, amistad y algún desacuerdo, diversión vuelta tragedia.

Lo mejor; la evolución de su núcleo.
Lo peor; despreciarla por su procedencia y venta.
Nota 6,1
interpretación 6 guión 6,5 música 7 fotografía 6 realización 6 montaje 5,5


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